La pandemia acelera en cuatro meses el avance digital previsto para los próximos años

Dentro del I Congreso Online organizado por 60ymucho+, Construir futuro pensando el sénior, ha tenido lugar la mesa redonda sobre empleabilidad, teletrabajo y emprendimiento sénior.

Dicha mesa, que se puede ver aquí, ha estado moderada por Javier Laorden, abogado y socio de honor de Cuatrecasas. En ella han participado Francisco Mesonero, director General de la Fundación Adecco, Juan Orti, CEO-Country Manager Spain de American Express, Ignacio Bao, presidente de Signium, así como Carlos Molina, CEO de 50-Pro.

Los temas a debatir se centraron en tres básicamente: las nuevas oportunidades de empleabilidad y emprendimiento para el sénior, la tecnología como la herramienta que ayudará a combatir el edadismo y el teletrabajo internacional y sus ventajas para el colectivo sénior.

En todas las intervenciones se recordó cómo esta pandemia no sólo ha modificado sino que ha acelerado notablemente la transformación digital. Juan Orti recordó que “se tardaron cien años en llegar a cien millones de hogares con los teléfonos analógicos y Apple, por poner un ejemplo, pensaba haber vendido en 2020 cien millones de terminales móviles, cien millones de Iphone, lo cual son comparativas que ponen de relieve cuánto nos hemos transformado y en qué poco tiempo”. Esto implica que las normas del juego han cambiado totalmente el paradigma del mercado y, de hecho, recordó “que las grandes compañías ahora mismo a nivel internacional son aquellas profundamente tecnológicas como Microsoft, Apple, Facebook, Amazon, etc.”

Otro de los cambios que reseñó fue el demográfico. Este aspecto es muy importante para el sénior ya que “representa un desafío tremendo porque ahora, al tener una vida más larga, generan más ciclos cortos, pero más repetitivos en la vida profesional de una persona que se incorpora al mercado con veintipocos años y sale de él muchas veces más allá de los setenta años”, explicó.

A su vez, y enlazando con lo anterior, recordó “que ya vivimos actualmente, pero viviremos más en entornos laborales donde conviviremos diferentes generaciones con las mismas necesidades tecnológicas, lo cual supone, en el fondo, una gran ventaja para el sénior si este se recicla”. Es, en sus palabras “una guerra feroz dónde se hace indispensable reinventarse constantemente, estar al día en cuanto a nuevas tecnologías que suelen ser rápidas en ser sustituidas por las anteriores, algo que hace que las empresas siempre estén en constante formación de sus empleados y, a la vez, en constante recaptación. Hay que perseguir la capacidad de adaptarse”.

En la intervención de Francisco Mesonero se destaca “la necesidad imperiosa que tenemos como sociedad de desterrar los prejuicios que acompañan a la edad y asumir que la pirámide de población se ha convertido en una peonza, manifestó, y por tanto, no nos queda más remedio que asumir la importancia que tiene el senior y evolucionar a una sociedad mucho más integradora”.

Carlos Molina habló sobre la oportunidad que supone el emprendimiento para las personas mayores de 50 años en desempleo, pero la necesidad de analizar cada uno de los casos y prepararse para ello.

Ignacio Bao, por su parte, recordó la importancia que estos procesos de cambio acelerados por la pandemia han traído, entre ellos, olvidarse de la edad del candidato en cuestión. “Es cierto, manifestó, que desde hace mucho existe un paradigma de que los profesionales a partir de una determinada edad dejan de ser elegibles para determinados puestos, aunque para otros suceda lo contrario ya que siempre hay excepciones, pero no es menos cierto que la pandemia ha acelerado en cuatro meses el proceso que se preveía para los próximos cinco años”, reflexionó.

En todos estos meses, continuó, “hemos asistido a una suerte de colapso en la venta de portátiles, en la puesta a punto de muchos profesionales de diversos sectores en nuevas plataformas de gestión de sus respectivos trabajos, así como en algo vital que es la comunicación entre ellos mediante las inevitables videollamadas para poder seguir trabajando de una forma más o menos fluida”, sostuvo. ¿Qué ha pasado con las empresas, entonces?, se preguntó, “que la incorporación forzosa de la tecnología digital que se ha hecho en las plantillas ha tenido y tendrá que ser re-educada, es decir, se ha cambiado radicalmente”.

Esto ha roto, a su vez, la geografía o la ubicación, es decir “que ya poco importa, una vez que el profesional se conecta, que viva en Carmona o en Buenos Aires y, a su vez, si se ha reconvertido digitalmente poco importa también si tiene 30 o 60 años, ya que lo que tiene que hacer es acreditar esa capacidad online y por primera vez en la historia los empleadores admiten que no conocen físicamente a muchos de sus trabajadores”.

Por último y para terminar, todo esto conduce a un aspecto fundamental y que es ir desterrando el llamado ‘edadismo’, esto es, no contemplar a un candidato porque tiene sesenta años, lo cual abre muchísimas vías y todas ellas muy importantes para el sénior.

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